miércoles, 18 de enero de 2012

Pichichanes almerienses

 Un amigo que estuvo en Almería, volvió con una botellita de pichichane almeriense. El pichichane almeriense es un licor típico de Almería (no va a ser de Badajoz), al cual se le atribuyen propiedades afrodisiacas.Colgada de la botella una etiqueta explica su origen y  lo define como: potingue afrodisíaco, seductor, pasional y enamoradizo. Importante la palabra potingue, pues no dice licor ni  brevaje. Su origen se remonta al año 1147, en el que el capitán de galera Crespo de la armada de Alfonso VII, luchando contra los almohaces, resultó herido en los testículos, causándole disfunción erectil, discapacidad conocida antaño como ``pollatus morcillonus´´. Crespo acudió a una curandera-casamentera famosa en Pechina y se sometió al tratamiento de los pichichanes. Su curación fue milagrosa; se reincorporó a la armada y tuvo 16 hijos, de los cuales 6 fueron gemelos. De ahí la creencia de que los pichichanes también  son buenos contra la esterilidad.

Tras la reconquista de Al-Andalus por el almohade Yusuf I, Crespo se hizo con la fórmula exacta de los pichichanes antes de huir, y fue pasandola de una generación a otra entre los prolíferos Crespo.

El origen etimológico-fonético (copiado literal de la etiqueta). Se fundamenta y se apoya en la propia polla. Pero esta palabra por considerarse soez, grosera y barriobajera fue rechazada por los pioneros filólogos almerienses. Hubo que encontrarle una sinónima que estuviese en el término medio entre las consideradas cursis como miembro viril, falo o pene y la susodicha ramplónica polla.

Dado que los pichichanes arrastran una creencia constatada por el tiempo y la tradición de que enamoran, apasionan, y sobre todo que poseen propiedades afrodisiacas que generan entre el colectivo popular connotaciones humorísticas. Pero se corría el riesgo que dando licencia a palabras malsonantes se podría conceder bula o exclusividad al populacho.

¿Y QUÉ HACER? La palabra POLLA se pasa por grosera y la palabra PENE  no encaja por falta de fuerza humorística y popular...¡¡¡PICHA!!!
La elección de la palabra PICHA fue un acierto, mantenía las connotaciones humorísticas pero menos agresiva al lenguaje.
Hay que aceptar que entre POLLA Y PICHA existen populares conexiones de raíces filológicas y aflore sinónimo.
La historia con su devenir, los modismos del lenguaje y probablemente la benevolencia y flexibilidad de los filólogos almerienses transformaron la polla en picha y la picha en Pichichanes.

Conclusión: ¡menudo potingue con más peligro!

No hay comentarios:

Publicar un comentario