lunes, 31 de octubre de 2011

¡¡SIGUIENTEEEE!!

Cualquier sitio es bueno para que te den calabazas, incluso una farmacia. Hay que decir, que yo era mucho más pequeña y mucho más ilusa también. Conocía al auxiliar de farmacia de coger todos los días la misma línea de autobús, y un día en la farmacia me aventuré a pedirle salir. Recuerdo que era el aguinaldo de los 40 principales, y muy sutilmente le pregunté si le gustaba, y si le apetecía que compartiéramos la experiencia juntos.Él me contestó que ya estaba harto de hacerlo, que le aburría, y sin dejarme una segunda oportunidad, grito: ¡Siguienteeee! Dejándome con la palabraa en la boca. Tiempo después me di cuenta, que tal vez compartiamos los mismos gustos.

domingo, 30 de octubre de 2011

¿Señorita está usted incómoda?

Eso fué lo que me preguntó un profesor, después de soltar todo el trabajo que nos tenía cariñosamente reservado: tres trabajos grupales, dos individuales y una tarea por semana también grupal. Lo cierto, es que yo no me sentía incómoda exactamente. Aprovechando, que el mismo se interrumpió, contesté: No, no. ¡Yo lo que tengo es un pipí!Y salí escopetada al baño. Llevaba dos horas hablando; creía que no iba a parar nunca...

Buscando un regalo...




 Como dijo ayer una amiga: ``Esto es como buscar una aguja en un pajar´´. ¡Qué horror! 

Dejo que adivinéis la tienda...

viernes, 28 de octubre de 2011

Una tarde cualquiera...

En una tienda de danza de cuyo nombre prefiero no acordarme, andaba yo una tarde haciendo tiempo, cuando aparecieron un padre, una madre y una niña pequeña. La madre hizo saber al dependiente de la tienda el motivo de su visita; venía buscando unas zapatillas de ballet para su pequeña. Al dependiente pareció no sentarle bien que nos interrumpiera, y le contestó: ``Pero...¿usted ha llamao por teléfono? Porque si no ha llamao por teléfono, le atiendo en media hora´´. La madre no lo dudó un segundo, dió media vuelta y arrastrando a la niña y al padre se disponía a abandonar la tienda; ya era la tercera tienda que pisaba aquella tarde sin éxito. El dependiente se dió cuenta del error y la llamó simulando que había sido una broma. Pero lo mejor, aún estaba por llegar, justo seguido le preguntó a los padres: ``Pero...¿ESTO que edad tiene?´´ Ahí fué, cuando se me escapó una carcajada. Entonces se volvió hacia mi y me preguntó, con mucho tacto: ``Perdona, ¿te estás riendo de la conversasión?´´ Yo, rápidamente le contesté que no, que como se le ocurría, y seguí hojeando un catálogo que me había prestado. Acto seguido, el dependiente ya con las zapatillas en la mano, sienta a la niña en una sillita, y le dice a los padres: ``Esto es mu didáctico: guapa quítate los zapatos´´ , y le da las zapatillas a la niña para que ella sola se las colocara.





A mi me habían hablado muy bien de la tienda, y llevaba tiempo queriendo ir. No llevaba ni cinco minutos en ella, cuando me di cuenta de lo peculiar del dependiente, lo que no sabía es que iba a ser testigo de  una escena tan divertida.

lunes, 10 de octubre de 2011

VAYA USTED CON DIOS

``Vaya usted con Dios´´ es una frase comúnmente utilizada por las personas mayores a modo de despedida. Pero como todo en esta vida, depende del enfoque que se le dé. Un día, hace ya unos cuantos años, andaba yo de paseíto con el abuelo, cuando un niño me pegó una patada en mitad de la calle. Mi abuelo no tardó en ir a su madre a pedirle explicaciones. La madre del niño, trató a mi abuelo con desprecio y no le hizo ni caso. Entonces mi abuelo, ni corto ni perezoso, se despidió de ella con un ``vaya usted con dios´´, solo que al final añadió una coletilla, ``so guarra´´. Una coletilla divertidísima, que todavía hoy no he podido olvidar. Cada vez que escucho a alguien despedirse así, mi mente automáticamente le añade la coletilla y me río sola. ``Vaya usted con Dios (so guarra)´´