lunes, 26 de septiembre de 2011

La mujer lapa.


La mujer lapa existe. Como su nombre indica, escoge uno o varios hombres y se adhiere firmemente a ellos. Tengan novia o no, a ella no le importa, una vez que los escoge y se acerca, ellos ya están perdidos. Justo después de enlaparse, corta toda comunicación con el exterior; táctica para cegar a sus presas, y que éstas solo vean lo maravilloso de su nueva ``lapa amiga''.
Si tienes noticias, o has visto alguna mujer lapa suelta, no lo dudes, llama rápido a las autoridades. Recomendable que sea mujer, ya que parecen ser resistentes a este nuevo espécimen. 
Si es que ya lo cantaba la Jurado: ``Como una lapa tu amor llego a mi vidaaa...´´

jueves, 22 de septiembre de 2011

Mon Cheri


Mon Cheri no podía ni verme. Mon cheri era la mujer de mi ex jefe, una francesita cincuentona y fea que creía que yo pretendía robarle a su marido. Cuando me percaté del asunto, me pareció divertido provocarle yendo cada vez más arregladita al trabajo. Cada vez que entraba por la puerta, me miraba de arriba a abajo y se tiraba de los pelos, no delante mía por supuesto.
No siempre andaba por allí, pero cuando aparecía, su misión era muy clara; intentar sacarme de mis casillas. Claro que no lo conseguía, porque yo lo dejaba correr, ya se cansaría. Aún así, había veces que se ponía ya pesadita. Le gustaba regañarme por cualquier cosa y meterse en mi trabajo, cuando no tenía ni idea. Había veces que se sentaba en mi mesa, y apenas me dejaba trabajar. Era su forma de marcar territorio, y decir aquí mando yo ; muy poco elegante, por cierto ¡Qué celosa la Mon Cheri! Otra virtud de Mon Cheri era su dulzura y cariño con la gente. No soportaba hablar con nadie y tenía muy poquito tacto para decir según que cosas.

Cuando me fuí se quedó más contenta que unas pascuas. A veces, las cosas vienen rodadas, pero solo para algunos. Yo quería un contrato, mi jefe no quería contratarme, y ella no me quería allí.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

LOS PIES DE PAQUITA


A mi no me gustan los pies. Si me gustaran, hubiera estudiado podología, y no es el caso. Da igual que te gusten o no te gusten los pies, eso no evita que los amigüitos de tu abuelo te enseñen en mitad de la calle sus callos, durezas y juanetones. Digo juanetones, porque eso no era normal, un poco más y me come. Si esto ocurre en 2º de Enfermería, no quiero ni pensar lo que puede pasar cuando esté trabajando. Mejor será, ser enfermero de la secreta, como los policías.

domingo, 11 de septiembre de 2011

EL PUTO HORARIO


Es para volverse majara. Ya lo sabía cuando terminó el curso pasado, pero tenía la esperanza de que no fuera así. Hoy un compañero me ha enviado el horario del presente curso. El puto horario ocupa 16 hojas. No puedo creerlo, cada semana cambia. Sigue siendo igual de coñazo que el año pasado; clases mañana y tarde, incluyendo ahora ``pequeñas modificaciones´´ cada semana.

En los trabajos en los que el horario cambia cada semana, no quieren que sus trabajadores se dediquen a otra cosa, o trabajen en otra empresa. En mi carrera tampoco. No quieren que trabaje, no quieren que estudie otra cosa, no quieren que tenga vida. El año pasado ya eché más horas en clase que un tonto. Este año son menos horas lectivas, pero salimos de Guatemala para meternos en guatepeor.

No he leído lo que dice el dichoso Plan de la Boloñesa, pero pienso hacerlo. Hasta ahora tenía entendido, que ayudaba a compaginar estudios y trabajo, ¡mentira cochina!. Tengo compañeros auxiliares y celadores que están trabajando y tienen que mantener una familia. Compañeros, que se las ven y se las desean para ir a clase, no faltar al trabajo y atender su casa. Señores boloñeses, esto no es fácil, así que no jodan más de lo necesario.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Los negocios familiarers

Si tu familia tiene un negocio, huye, dedícate a otra cosa. He tenido la experiencia de conocer varios negocios familiares de cerca, y ninguno de ellos pintaba nada bueno. Todos tenían algo en común, ninguno de sus miembros se daba cuenta de lo jodido del asunto.

Tuve la suerte, o más bien la desgracia, de conocer un triángulo no amoroso precisamente, compuesto por dos hermanos y una madre. La relación era un tanto peligrosa: la madre, situada en el vértice más alto de nuestro triángulo imaginario, hacía y deshacía a su antojo, parecía que el negocio era suyo, y andaba todo el rato manipulando a unos y a otros. La hermana se mostraba sumisa y entregada al negocio familiar, la pobre, hacían con ella lo que querían. El dueño del negocio, era el hermano, un ser arrogante y despreciable, que se creía superior por tener una carrera de mierda, pero lo que tenía era un pegote de madre, allí de ocupa, manejando su negocio.

Lo malo de trabajar en el negocio familiar, es que tienes que estar todo el rato tragando, y todo el rato comiendo marrones. El resto de trabajos también los tienen, pero algunos son más o menos eludibles; los marrones familiares, no. Y aquí no puedes mandar a la mierda a nadie, porque a lo mejor esa noche te toca dormir en el sofá.

En los negocios familiares, también existe la explotación. Conozco a una pobre abuelilla, que dice que está ayudando al nieto. Pues menuda ayuda, ella cocina, atiende las mesas, abre y cierra el bar... y estoy segura de que el local lo alquiló ella, y también lo decoró. El nieto aparece de vez en cuando con la novia, cena, echa el rato y se va.

lunes, 5 de septiembre de 2011

¡Las campanas del demonio!

Las campanas de la iglesia no, las campanas del demonio. Lo que podría parecer romántico y bucólico se ha convertido en un verdadero fastidio. Si no tocan las campanas 7 veces al lado de mi casa, no tocan ninguna. En un intervalo no superior a 45' las tocan tres veces! Y lo más triste, no es eso, es mirar para arriba y comprobar que las campanas no se mueven, es una grabación lo que ponen. A lo mejor es que las han comprao en el rastro, y creen que si las ponen mucho se romperán. Pues que las compren en el Corte Ingles, no te digoo..

domingo, 4 de septiembre de 2011

Pirados por el baile.



Lo reconozco, soy una pirada del baile. Ya de pequeña, apuntaba maneras, moviendo mi falda de volantes al ritmo de sopa de caracol. Y es que me gustan todos los bailes. Nunca tengo suficiente. Si fuera por mí, estaría bailando las 24 horas del día. Lo malo de eso, es que ni tengo 24 horas disponibles para ello, ni dinero para pagar las clases, porque nadie nace sabiendo.

Hace ya varios años, que descubrí los bailes latinos, y desde entonces estoy en mi ``salsa´´. Es una forma muy divertida de conocer gente y relacionarse, al mismo tiempo que aprendes a bailar y te olvidas de tus problemas. Durante la clase, pillar el hilo y no caerte pasa a ser tu mayor problema. Una vez, que lo empiezas a pillar y te dejes llevar, escuchas la música y disfrutas del baile y de tu pareja. Además, hay discotecas donde puedes seguir practicando todo lo que tu quieras. Soy una pirada del baile y no lo cambiaría por nada.


 
Para ella casino bailar, eso es lo primero nai na nananana..






viernes, 2 de septiembre de 2011

No seas burro y no te dejes marcar.


Existe una práctica, muy común ahora entre las parejas: poner pegatinas en el coche de él o de ella con el nombre de los dos, fulanito y menganita (que se quieren mucho). A mi me recuerda un poco, a las marcas a fuego que les hacen a los caballos y al ganado sus dueños, para dejar claro a que casa pertenecen. No se de quien es la idea, pero está claro que está equivocado. Si piensas que por poner en el coche tu nombre junto al de él o ella, va a impedir que os separéis, estás muy equivocado. Si por otro lado piensas, que así queda claro que tiene dueño/a, estás más equivocado aún. No lo tengo muy claro sobre las mujeres, pero los hombre con novia ligan muchísimo más. Si tiene novia, algo tendrá; es lo que todas pensamos. Así que resulta inútil. Si lo que quieres es que no se mueva de tu lado, puedes dejarlo atado a la pata de la cama. Eso sí, no se te olvide dejarle un platito de comida y otro de agua por lo menos.

Hay infinidad de regalos bonitos por ahí. Regálale un colgante, una colonia...pero no marques a tu pareja como si fuera una vaca o propiedad privada: no te acerques que ya tiene dueño.


jueves, 1 de septiembre de 2011

EL GARAJE DE LOS CHORIZOS ARREPENTIDOS


Vivo en una comunidad de chorizos, ¿o debería decir de vecinos envidiosos?. Mi garaje no es un lugar seguro,ya han ocurrido un montón de incidentes la mar de desagradables; desde vomitonas borrachillas, hasta robos, destrozo de lunas... Todo esto a mi resbalaba antes, pero ahora, desde que aparco mi amoto, sufro un montón. Mi amoto es de Navarro Hermanos, aunque ya no lo ponga en la matrícula sigue siendo de Navarro Hermanos. La compré de segundo culo en una tienda de confianza de mi barrio, pero estaba muy nueva. La primera noche que pasó en mi garaje, alguien se encargó de estrenármela, su forma particular de darle la bienvenida: le chafaron el cristal del cuentakilómetros, imagino que con una llave. Me hizo una gracia loca...Cuando lo llevé al taller, todavía me hizo más gracia que me dijera que no se podía cambiar el pequeño cristalito, que había que cambiar el cuentakilómetros entero, y que valía una pasta. Lo único que se podía hacer por la pobre, era tapar el agujerín con fixo para que por lo menos no le entrara agua. Otro día, cojo mi amoto tan feliz y noto que algo no va bien, que está muy rara...menudo chillido pegué cuando ví el agujerito que había dejado la ausencia de mi espejo izquierdo. Tengo que reconocer que le tengo respeto a la moto, yo no hago locuras al volante, y menos cuando me pongo un casco. No podía pasar sin mi espejo izquierdo, así que rápidamente, cagándome en todo, fui al taller a encargar un espejo nuevo. Menuda sorpresa me llevé, cuando uno o dos días después me encontré el espejo robado sobre los pies de mi amoto. El choricillo se había arrepentido, ya sea porque no le sirvió o porque realmente estaba arrepentido, se arriesgó a devolverlo, podría haberlo pillado con las manos en la moto.
Bueno, por lo menos sé, que si lo próximo que me quitan son las contrapesas lila, tengo una pista que darle a la policía; mi chorizo no es picante, es más bien un fuet con gustos afeminados.